Fallecimiento del Hermano Francisco Warren, quien el día 7 de Octubre fue llamado a la presencia del Señor. Francisco Warren era el padrastro de los hermanos Marcos, Jerry y Felipe Witt y el padre progenitor de las hermanas Nola y Lorena Warren.
Jerry Witt, el padre progentor de los hermanos Witt murio al ser derribada su avioneta en una zona cercana a Durango. Nola continuó en Durango, con una visión clara de lo que Dios había puesto en sus corazones, y con el deseo de continuar con el trabajo. A los pocos años, y sin imaginarlo, Dios enviaría un nuevo esposo y padre para esos tres hijos: Francisco Warren, quien había llegado a México por cuestiones misioneras.
Al poco tiempo, contrajeron matrimonio y Dios les dio dos hijas. Juntos continuaron la obra en México, que ha impactado ya a miles de personas.
Francisco Warren fue misionero por más de 30 años en México, donde no sólo entregó su corazón y su vida, sino que además fue padre de 5 hijos que aprendieron de su ejemplo, que lo mejor de la vida es servir al Señor.
Su cuerpo fue velado el martes 10 de Octubre al medio día, en la casa de funerales Porter Loring North en San Antonio (Texas). El servicio fúnebre fue el miércoles 11 de Octubre a las 11:00 a.m. en Destiny Church de la misma ciudad.
Un nuevo Integrante en la Familia.
(Extraído del Libro de Marcos Witt: Enciende Una Luz)
Recuerdo la noche que llegó un hombre tocando a la puerta principal de la casa donde vivíamos, “Maguey” era el nombre de la calle donde estaba esa casa. Curiosamente, aun recuerdo el número: siete. Habíamos vivido ahí desde un tiempo atrás. En realidad, uno de los inviernos más crudos en la historia de la ciudad de Durango, la pasamos en Maguey N. 7. Ese invierno, hicimos monos de nieve y permanecimos muchos días encerrados en la casa, ya que muchas calles estaban cerradas e incluso algunas carreteras, debido a la gran cantidad de nieve que había caído.
En la ciudad de Durango, solo nieva una vez cada seis o siete años y en esa ocasión nevó más de la cuenta.´
Pero esa noche inolvidable, todavía no estoy seguro del porqué estábamos aún despiertos (Marcos Witt y sus hermanos) cuando tocaron a la puerta. Recuerdo que salí de mi recámara y parado en la entrada de nuestra casa estaba mi tío “Buddy”. El hermano de mi mamá había llegado a Durango para pasar unos días de ministración con un grupo de hermanos que nos visitaban desde los Estados Unidos. Recorrerían algunas de las congregaciones que habían levantado mi mamá y el grupo de pastores con quienes ella trabajaba. Otro grupo de estos hermanos norteamericanos se habían quedado en Torreón, una ciudad más al norte de Durango. Pero uno de los integrantes del grupo que llegó a mi ciudad sería el hombre que cambiaría la historia de nuestra pequeña familia. Su nombre: Francisco Warren.
Era muy cortés, educado y de buen parecer. Como estábamos acostumbrados a que nos visitaran muchos solteros corteses y educados, pensamos que éste no sería la excepción. A estas alturas, mis hermanos y yo sabíamos que un soltero cortés significaba regalos y detalles. Pues, este caso tampoco sería la excepción. Francisco Warren no tardó en traernos presentes y de esta manera asegurarse el buen favor de los tres hombres de la casa. ¿ Quién hubiese imaginado que este hombre no se saldría de nuestra vida tan pronto como algunos de los otros que nos habían llevado regalos ?.
En Octubre de 1967, tuve la ocasión de hacer algo que la mayoría de mis queridos lectores no han hecho: asistí a la boda de mi mama. Lógicamente, era su segunda boda, pero para mí, hermosa igualmente.
Había mucha gente esa noche. Incluyendo las “nuevas” tías, hermanas de mi nuevo papá, a quien, por cierto, le seguíamos llamando: “Sr. Francisco”.
Fue una noche inolvidable en muchos sentidos. Especialmente, cuando mi mamá, radiante y hermosa, se despidió de los tres, explicándonos que se iría por unos días de viaje.
El tener a un hombre en la casa fue un cambio bastante notable para nosotros. Desde que tenía uso de razón, los únicos hombres que habían estado en la casa eran algunos de los tíos que nos visitaban con frecuencia, el abuelo Holder ó las visitas que llegaban en ocasiones, cargadas de juguetes y regalos. Pero un hombre que estuviera siempre ahí, día tras día, semana tras semana, nunca. Sin duda, esta iba a ser una nueva experiencia para todos.
Al principio nos parecería buena la idea, hasta que el Sr. Francisco incursionó en las tenebrosas aguas llamadas “disciplina”. De pronto, la presencia de este “señor” amenazaba con ser muy desagradable. Eso era y había sido siempre propiedad exclusiva de la señora Nola.
Los primeros recuerdos que tengo de él, es oír sus oraciones cada día temprano en las mañanas. Siempre estaba rodeado de la Biblia y muchos libros, estudiando y meditando en la Palabra. Las enseñanzas que predicaba en las diferentes congregaciones, eran vividas delante de nuestros ojos en todo momento. Es una persona que con toda certeza catalogo como un hombre intachable en su vida y en sus hábitos. Siempre buscando el rostro del Señor en todas las decisiones que toma, buscando el consejo de la Palabra de Dios.
Uno de los términos que mejor describen a mi papá es: balance. Mucho balance. Esta característica sería uno de los ingredientes que Dios usaría en mi vida para ayudarme a no meterme en cualquier cosa que se me presentara, sino que me ayudaría a buscar siempre la voluntad del Señor, el consejo de la Palabra y de los hombres que pondría a mi alrededor. ¡Como le doy gracias a Dios por este hombre que cambiaría mi vida entera!¡Qué a tiempo llegó!
Marcos Witt
Enciende Una Luz
Fuente: canzion.com
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