Tuesday, April 10, 2007
ARLINGTON, Texas.- David Ortiz dijo que nunca preguntó a Sammy Sosa, en conversaciones entre amigos sobre el uso de los esteroides. “No hablo acerca de esto, no requiero de este asunto, usted sabe lo que esto significa”, dijo Ortiz el domingo antes de su primera explosión jonronera este año. La misma aconteció en sus primeros dos turnos y contra el conjunto de Sosa, los Vigilantes. “Nunca le he preguntado a nadie sobre el consumo de esteroides, no quiero que las personas se sientan inconforme conmigo”, expresó Ortiz, quien expresó que prefiere darle el crédito a las personas por los que hayan realizado en el terreno.
“Pienso que las personas han sido muy fuertes con él, muchos lo han tratado como si fuese un criminal. Él no es un hombre criminal, es justamente un jugador que ha realizado grandes aportes al béisbol”, sentenció Ortiz previo al partido.
“Había un buen tiempo”, dijo Sosa, “ en que esperaba que yo y David fueramos compañeros”.
“Recuerdo cuando jugaba para los Mellizos de Minnesota”, dijo Sammy. “Lo quería en Chicago, estaba pujando para que jugara con nosotros , empero ellos estaban en diferentes direcciones.
“Nunca tuve dudas de que era capaz de alcanzar los niveles a los cuales pertenece en la actualidad. Estoy feliz de que cada uno de sus años sean brillantes en cada temporada”, expresó el bateador de 589 bambinazos.
Ortiz es un jugador popular en Boston, así como Sammy llegó a ser lo más grande en Chicago. Al igual que Sammy, Ortiz mira hacia el cielo y se coloca su puño en el corazón cuando conecta un cuadrangular. Todos recuerdan los gestos de Sosa, también cada vez que salía corriendo hacia los jardines saludando a los fanáticos. Sus marcas lo llevaron a alcanzar una rivalidad con Michael Jordan en la ciudad de Chicago. En 1998 mantuvo un duelo de jonrones con Mark McGwire en la carrera para eclipsar el récord de jonrones de Roger Maris, cuyo emparejamiento transformó toda la nación.
Pero, mientras la carrera de Ortiz ha ido en constante ascendencia, la de Sosa dramáticamente ha descendido. Desde 64 jonrones y 160 remolcadas en el 2001, los números de Sosa cayeron a 35 vuelacercas y 80 producidas para el 2004, en su última campaña en Chicago, la cual finalizó con Sosa siendo detestado por algunos de sus propios compañeros, directivos del conjunto y periodistas de la ciudad