Friday, August 08, 2008

Abuso emocional

Introducción

El abuso emocional consiste en un proceso constante en el que las ideas, sentimientos, características de personalidad y percepciones de una persona son rebajados y despreciados hasta que llega un momento en que la víctima empieza a ver estos aspectos de sí mima como gravemente dañados o incluso ausentes. Es decir, se produce una destrucción del sentido del yo, de la identidad personal.

Muchas personas intercambian a veces comentarios hirientes o despreciativos durante una discusión. Sin embargo, el abuso emocional es mucho más que eso. Es algo que se da de manera continuada con el objetivo de despreciar y controlar a la víctima.

En el abuso físico también se produce un abuso emocional, pues los golpes implican una humillación y rebajan a la persona y suelen ir acompañados de insultos u otro tipo de abuso emocional. Los efectos del abuso emocional son mucho más destructivos que el abuso físico y el principal responsable de los trastornos psicológicos que se producen durante el abuso físico.

El abuso físico puede ocurrir sin abuso emocional. Aunque a menudo el maltratador comienza con maltrato psicológico y acaba con maltrato físico, no siempre es así necesariamente y a veces nunca dan el paso al maltrato físico, pero continúan con el abuso emocional durante años.

A menudo se da un patrón cíclico, sobre todo cuado el abuso emocional va acompañado de agresión física:

La tensión comienza a intensificarse hasta que se produce un estallido de violencia, que suele ir seguido de un periodo de calma caracterizado por el arrepentimiento del maltratador que adopta un actitud más cariñosa, hasta que la tensión vuelve a empezar a aumentar hasta producirse un nuevo estallido y así sucesivamente.

El abuso emocional puede ser de dos tipos: abierto y encubierto

1. Abuso emocional abierto

Gritar, insultar, despreciar, rebajar, criticar, ridiculizar a la víctima ante los demás, expresar asco hacia ella.

Arrojar objetos (no necesariamente a la víctima), dar golpes a las paredes, portazos, romper cosas.

Retirar el afecto e ignorar a la pareja o amenazarla con romper la relación. Por ejemplo, no hacerle caso mientras habla, negarse a mantener una conversación, rechazar cualquier gesto de afecto de la pareja, irse de la casa.

Impedir que vea a sus familiares y amigos, de manera que queda aislado del contacto con otra persona que no sea el maltratador.

Celos y posesividad excesivos.

Controlar lo que hace y con quién está. Por ejemplo, mediante llamadas telefónicas frecuentes, preguntando constantemente para saber dónde y con quién está en todo momento, tratar de impedir que vea a determinadas personas o vaya a determinados lugares.

2. Abuso encubierto.

Es un patrón sutil mediante el cual el abusador desprecia y rebaja las acciones, pensamientos y emociones de la víctima.

Por ejemplo, tal vez no te diga que no le gusta cómo te has vestido, pero te mira de arriba abajo con desaprobación, transmitiendo sin palabras un mensaje que dice: "No eres ni capaz de vestir de forma apropiada".

Si expresas algún temor, en vez de apoyarte y ayudarte a superarlo, te mira con condescendencia dando a entender que eres débil y cobarde. Si dices que te gusta la tranquilidad del campo, hace una mueca y deja caer algún comentario despreciativo, como: "Bueno, es para gente simple". Si dices que sientes lástima de un amigo que ha perdido su negocio, te responde algo como: "Sabes que eso no es cierto, estás demasiado centrada en ti misma como para sentir pena de verdad por alguien".

De este modo casi cualquier pensamiento, sentimiento, preferencia o deseo que expresa la víctima es considerado inadecuado o negado de un modo indirecto.

Si este proceso de abuso se repite de forma continuada, llega un momento en que empiezas a dudar de tu propia competencia, de tus ideas, de tus gustos, y hasta de tus emociones y sentimientos. Si además, como suele ser habitual en estos casos, tu pareja te ha ido aislando poco a poco de tus familiares y amigos, no tienes a nadie que desmienta sus palabras. Esto es lo que se llama una erosión o destrucción del sentido del yo o identidad personal. Al dudar de tus ideas, creencias, emociones, valores, metas, etc. y al empezar a pensar que pueden ser inadecuados y erróneos, comienzas también a dudar de ti misma y tu sentido de identidad empieza a estar poco claro. No tienes claro quién eres, qué sientes o qué deseas. Aparece una sensación de vacío interior, de soledad y tristeza. Algunas víctimas de abuso emocional tienen la sensación de que están desapareciendo, como si se desvanecieran poco a poco y empezaran a dejar de existir. La depresión y la baja autoestima son frecuentes.

"Después de que me hayan llamado "completamente inútil" y "aburrido" y me ha ignorado durante varios días, empiezo a sentirme muy pequeño y poco importante. A veces no recuerdo quién soy. Me he perdido en alguna parte. ¿Cómo soy yo de verdad? ¿Quién es la persona agradable que una vez creí ser?"

Muchas de estas personas no son conscientes de que son víctimas de abuso emocional y tienden a pensar que lo que les sucede es debido a sus propios errores o inadecuación. En un estudio realizado con mujeres maltratadas se vio que sólo el 29 % de las victimas de abuso emocional reconocían serlo.

Hay que tener en cuanta que, para la mayoría de las personas, es inconcebible que alguien que es tu pareja y que te dice que te quiere, esté al mismo tiempo tratando de rebajarte y humillarte. Por eso no es tan extraño que tiendan a dar crédito a las afirmaciones de su pareja y creer que de verdad hay algo equivocado en ellas, en sus opiniones, gustos, etc. Muchas se sienten tremendamente deprimidas y aún así no son capaces de expresar con claridad por qué se sienten así.

Por eso, el primer paso hacia la curación consiste en reconocer que están siendo víctimas de abuso emocional y establecer una asociación entre sus síntomas y la experiencia traumática que están viviendo.

¿Qué mantiene a estas personas en una relación de este tipo?

La destrucción del sentido del yo que hemos mencionado anteriormente impide a estas personas alejarse de su maltratador.

Puede culparse a sí misma en vez de al maltratador, considerar que hay algo defectuoso en ella y que es ella quien debe cambiar y no él. La depresión le impide pensar soluciones efectivas, la baja autoestima y constante autocrítica le hace dudar de su capacidad para sobrevivir por sí misma. La destrucción del yo que conlleva el abuso le impide romper la relación. Sólo con pensar en dejar a su pareja puede tener incluso un ataque de pánico.

Abuso, negligencia o abandono en la infancia

Un estudio realizado con personas maltratadas mostró que todas las victimas de abuso emocional y el 65% de las victimas de abuso físico informaron de una historia de abuso emocional en sus familias de origen.

Una persona con una infancia sana y normal, que ha aprendido a formar vínculos seguros con sus parejas, tiene más recursos psicológicos para escapar de una relación de este tipo cuando empieza a darse cuenta de cómo es su pareja, mientras que una persona víctima de maltrato, negligencia o abandono en su infancia, tiene más posibilidades de acabar formando un vínculo de tipo ansioso en la edad adulta.

Muchas de estas personas se han sentido solas y maltratadas o abandonadas durante toda su vida y ansían más que nadie esa conexión emocional de la que carecen, de ahí que su miedo al abandono sea mayor que en otras personas. Este miedo al abandono, que ha arrastrado probablemente toda su vida, da lugar a una conducta de aferramiento intenso a su pareja. Su sensación de soledad y necesidad de conexión con alguien es tan intensa que perciben el abandono como algo que acabaría por destruirlas por completo, pues su maltratador es percibido como su última esperanza de salvación.

Por otra parte, estas personas se ven impulsadas de manera inconsciente en la edad adulta a entablar una relación con alguien tan abusivo como lo fue su padre o madre, en un intento por reconstruir una infancia perdida, por tener una segunda oportunidad y ser capaces de manejar la situación adecuadamente.

"Durante toda mi vida he tenido la sensación de que la gente cercana a mí no quería escucharme. Me he sentido sola e ignorada. Y aún me siento así: desconectada de todo y profundamente sola". Este síntoma es común en personas abusadas.

2. El vínculo traumático

Con el sentido del yo erosionado o disminuido y aislada de otras personas, la víctima se apega con fuerza al maltratador en busca de un poco de amor, de un poco de validación, de ese gesto amable que le devuelva su identidad personal, que le diga que no es una persona tan inadecuada como está empezando a creer, sino alguien valiosa y digna de amor y respeto. Esto es lo que se llama un vínculo traumático. No es el vínculo de amor que debería unir a una pareja, sino un vínculo basado en la dependencia que crea la erosión de la propia identidad, por eso es tan intenso y por eso es tan difícil para muchas personas romper este tipo de relaciones y abandonar a su maltratador. Esos momentos de cariño e intimidad con el abusador que tanto anhela la víctima aparecen de vez en cuando, dándole esperanzas de que a partir de ahora todo va a cambiar y que todo irá bien, pero eso nunca sucede, pues tras ese breve instante de conexión aparece de nuevo el frío distanciamiento y el abuso emocional.

En este tipo de relaciones marcadas por el abuso emocional, suele darse un patrón cíclico, con fases en las que el maltratador se muestra cariñoso y atento seguidas de fases de abuso emocional. Esta conexión emocional intermitente produce gran desasosiego y confusión en la otra persona, manteniéndola insegura constantemente respecto al amor de su pareja. Cuando cree que tiene al amor de su pareja, él vuelve a rechazarla y ella siente una gran ansiedad por recuperarlo de nuevo. Los pequeños momentos de conexión hacen que recupere la esperanza y cuando sucede de nuevo el rechazo y el maltrato, la decepción y el dolor son intensos.

El vínculo traumático es similar al síndrome de Estocolmo, el cual se produce cuando los secuestradores alternan entre la amabilidad hacia la víctima y el terror. Esto hace que los rehenes se vuelvan dependientes de sus captores tanto para sus necesidades emocionales como físicas. "El miedo es tan intenso que toda esperanza de supervivencia depende de complacer al criminal" (Symonds, 1975). Del mismo modo, en el maltrato emocional, la amabilidad y el abuso son también intermitentes y contribuyen a crear el vínculo traumático.

El maltratador

Muchas víctimas de maltrato tienden a pensar que si se comportan del modo apropiado todo irá bien entre ellos. Pero no existe un modo apropiado, pues si un día se vuelve cariñoso contigo por haberle preparado una comida especial, una semana después puede insultarte precisamente por lo mismo.

Es decir, el abuso no tiene nada que ver con la víctima, no depende de lo que ella haga o deje de hacer, no se produce porque ella haga algo mal o sea torpe o se comporte de un modo incorrecto.

Tiene que ver única y exclusivamente con el maltratador y sus propios problemas psicológicos o de otro tipo, miedos, inseguridades y necesidad de control El miedo del maltratador al abandono suele ser tan intenso como el de la víctima, y reacciona ante ese miedo tratando de obtener un control total sobre ella.

El maltratador suele ser una persona inmadura y egoísta.

Lo único que le importa es su propio bienestar y su víctima ha de atenerse a sus deseos en todo momento. No tiene en cuenta los deseos y sentimientos de su pareja porque sólo le importan los suyos propios. Percibe a su pareja como si fuera parte de él y estuviera bajo su dominio, en vez de como un ser independiente, con sus propios deseos, opiniones, preferencias o emociones.

Trastorno de estrés postraumático como consecuencia del abuso emocional

El abuso emocional o físico puede llegar a generar un trastorno de estrés postraumático, con síntomas como pesadillas, pensamientos intrusivos, flasbacks, problemas para dormir y concentrarse y amnesia.

Los recuerdos de sucesos de abuso aparecen en su mente como intrusos, repitiéndose una y otra vez. A veces son tan vívidos e intensos que parece que los estuviera viviendo de nuevo (flashbacks). Por este motivo, estas personas son más propensas a accidentes, pues los recuerdos y flasbacks pueden distraerlas de sus actividades, impedir que perciban con claridad el peligro en la carretera y menguar su atención y concentración al volante o en cualquier otra actividad. Por ejemplo, al ir a cruzar la calle puede no darse cuenta de que el semáforo estaba rojo para los peatones. Es frecuente que le den vueltas y vueltas a sucesos determinados, haciéndose preguntas como: ¿Realmente lo que hice fue tan egoísta como dice él? ¿realmente soy tan estúpida y torpe? ¿Es que no hago nada bien? ¿Cómo es posible que reacciones así? ¿Qué está pasando? ¿Qué estoy haciendo tan mal?

También son frecuentes los síntomas somáticos como dolores de cabeza, trastornos del aparato digestivo o problemas del aparato respiratorio, como asma o bronquitis.

Las víctimas llegan a interiorizar la visión negativa que transmite el maltratador, viéndose a sí mismas como despreciables.

Todos sus intentos por defenderse o escapar son inútiles porque el maltratador reacciona negando la responsabilidad, culpando a la víctima y degradándola o con más amenazas, hasta que se rinde sintiéndose confusa y agotada. A veces, en los casos de abusos más graves y ritualistas, las víctimas pueden llegar a atacar o matar a su maltratador, muchas veces en un estado de gran agitación y pánico.

Síntomas de Abuso Emocional

Muchas personas que me han escrito últimamente creen que si no son abusados físicamente por su pareja es que no están siendo abusados. Eso necesariamente no es cierto. Puede ser que te encuentres en estos momentos en una relación que te esté agobiando tu existencia – y no te has dado cuenta que tu pareja ha erosionado tu felicidad y auto estima. El abuso emocional a veces llega a ser mucho más perjudicial que el físico.

Una pareja abusivo(a) tiene el tipo de discusiones ferroviarias, para que no tengas tiempo de pensar acerca de lo que tiene razón y lo que está equivocado en su conducta. Toma un momento para considerar estas preguntas. ¿Te sientes como que si no puedes discutir con tu pareja sobre las cosas que te molestan? ¿Tu pareja con frecuencia te critica, humilla, o socava tu auto estima? ¿Tu pareja te ridiculiza por el hecho de que te expreses? ¿Tu pareja te aísla de tus amistades, familia o el trabajo?

Un aspecto del abuso emocional es que tu pareja te lave el cerebro.

Lo que quieren lograr es inculcar nuevas conductas y actitudes que los beneficie a ellos(as). Simplemente tu pareja te entrena a comportarte de una manera que es tal y como ellos(as) quieren. Gradualmente te hacen sentir diferente acerca de ti mismo, y destrozan cualquier tipo de confianza que tienes en ti mismo.

Características comúnes de abusadores son los siguientes:

* Fueron abusados verbalmente de niños o vieron el abuso verbal en la familia. Tienen un carácter muy fuerte el cual sale a relucir al momento de tener cualquier desacuerdo con alguien.

* Abusadores son extremadamente posesivos y celosos.

* La única forma que se sienten bien es si su pareja es totalmente sumiso(a) y dependiente de el/ella.

* Tiene relaciones superficiales con otra gente.

* Tienen amor propio bajo y baja auto estima.

* Demandan que su pareja cambie para acomodar sus exigencias.

Tienen una capacidad enorme para el autoengaño. Si la relación no esta funcionando es culpa de la otra persona.

No bebería si no molestaran. No se incomoda si harían lo que dice. No necesitan ayuda porque no les pasa nada. No tienen culpa de nada.

Nadie es perfecto y se sabe que mantener una relación no es fácil. Toma trabajo pero uno nunca debe aceptar este tipo de abuso. Nadie se lo merece. Si tu pareja tiene características de abusarte emocionalmente busquen ayuda para el bien de todos.

Sabemos que las empresas, organizaciones la componen individuos, cada uno con sus propias emociones, y en donde se debe estar atento de su comportamiento a fin de no originar conflictos a darle paso a un comportamiento organizacional que permita alcanzar los objetivos establecidos y en donde cada persona se encuentre bien, dentro de un clima organizacional que le favorezca en la sensibilidad de manejar las emociones.

En un interesante escrito sobre este tópico, nos señala un experto, que hasta los años '90, la literatura organizacional se centró en el análisis de los comportamientos disfuncionales más "duros" que afectan el contexto de trabajo, como robo, ausentismo y acoso.

Sólo desde fines de la década pasada, el foco comenzó a desplazarse hacia conductas interpersonales más sutiles y de efectos menos devastadores pero, sin embargo, mucho más frecuentes.

Abusar emocionalmente en el trabajo significa acosar, ofender, excluir socialmente a alguien o afectar negativamente sus tareas.

Para que una relación pueda calificarse de "abusiva", el comportamiento debe ocurrir regularmente y a lo largo de un tiempo prolongado, al menos varios meses. Es decir, se trata de un proceso que se intensifica y donde la víctima termina en una posición inferior, constituyéndose en destinatario sistemático de actos sociales negativos.

G. Dick & C., proponen agrupar esta clase de comportamiento en las siguientes categorías:

• Ataques a través de las tareas: monitorear excesivamente, asignar tareas no realistas, asignar tareas sin significado y ocultar información.

• Ataques a la persona: criticar persistentemente, humillar públicamente, expandir rumores maliciosos y realizar comentarios despectivos.

• Ataques silenciosos: ignorar o aislar a la persona.

• Ataques verbales: gritar, abusar verbalmente y amenazar.

Nos agrega Moroni, que las situaciones de abuso ocurren sólo en un contexto organizacional que permite o avala implícitamente estos comportamientos. Determinadas características de estos contextos los hace potencialmente propicios para la interacción entre víctimas y acosadores, entre ellas:

Cambios organizacionales o en la naturaleza del trabajo

La presión sobre los managers a través del downsizing y del seguimiento permanente de los niveles de productividad; la reducción del poder de los sindicatos como restrictores de los abusos de poder; y el incremento del uso de trabajadores temporales son algunos de los disparadores citados por diversos autores.

Organización del trabajo

Los lugares de trabajo ineficientes alojan conflictos y ambigüedad de roles y situaciones de presión poco claras o inesperadas, permitiendo la existencia de estilos de liderazgo autoritarios dado que no hay un entendimiento compartido y acordado de cómo se deben satisfacer las demandas organizacionales.

Ciertas industrias u ocupaciones (principalmente la función pública, el sector de salud y el de educación) exhiben mayor ocurrencia de estos comportamientos, probablemente debido a la baja movilidad de los empleados y a la característica emocional del trabajo.

Cultura y clima organizacional

Los especialistas detectan una elevada correlación entre abuso emocional e insatisfacción con el clima organizacional. Ciertas empresas utilizan este tipo de comportamientos como una forma de controlar los empleados.

Definitivamente, el acoso es una manifestación del comportamiento seriamente de riesgo de la gerencia en las organizaciones; ya que da lugar a moral baja, a miedo, a ansiedad, a ausentismo creciente, a productividad disminuida, y a la salida de los individuos brillantes. Se destruyen el trabajo en equipo, la confianza y la positividad.

El abuso emocional puede ser difícil de observar cuando se desarrolla en la privacidad de un hogar o en una institución cerrada.

Sin embargo, una conciencia y entendimiento del problema es primordial para reconocerlo.

La siguiente es una lista de indicadores de abuso emocional:

• Depresión

• Aislamiento

• Baja Autoestima

• Ansiedad

• Miedo

• Inestabilidad emocional

• Estrés

• Perturbaciones del sueño

• Quejas de dolores físicos sin base médica

• Comportamiento inadecuado para la edad o desarrollo

• Actitud pasiva y sumisa

• Discusión sobre suicidio o intentos de suicidio

• Extrema dependencia

• Inhabilidad para confiar en los demás

• Cometer robos

• Algunas otras formas de abuso presentes o sospechadas (abuso físico)

• Sentimientos de vergüenza o culpa

• Llanto frecuente

• Autoculpa

• Aversion a recibir terapia

• Incomodidad o nerviosismo frente a situaciones estresantes

• Abuso de sustancias

• Evitar contacto visual

• La víctima entiende los sentimientos ajenos pero no se intenta entender los suyos.

• Las dificultades o preocupaciones de la víctima son minimizadas como poco importantes o una reacción exagerada.

• Las necesidades de la víctima siempre son puestas al último.

• Ellos esperan que se les asignen tareas que encuentran no placenteras o humillantes.

• La víctima camina sobre huevos para no ofender o molestar a los agresores.

• Los agresores ignoran la lógica y la razón y presentan una personalidad histriónica.

• Los agresores manipulan a la víctima para que se sienta culpable por cosas por las que no debería sentir culpa alguna o por eventos que no tienen nada que ver con la situación.

• Los agresores intentan destruir cualquier fuente de apoyo externo con el que pueda contar la víctima.

• Ellos nunca asumen responsabilidad por decir cosas hirientes y nunca aceptan estar equivocados.

• Culpan a la víctima del abuso por todos los problemas familiares o institucionales que puedan presentarse.

• Los agresores se perciben a sí mismos o presentan la imagen de mártires o víctimas y esperan un trato preferencial en todo momento Isabel monzon comar nos agrega sobre este tema, que El abuso emocional siempre acompaña y en la mayoría de los casos precede a los golpes físicos. El abuso emocional que es directo y repetido puede afectar severamente el sentido de sí misma o de la realidad de la víctima. Básicamente, el proceso es igual al que usan para lavar el cerebro a los prisioneros de guerra.

Aquí está el modelo típico de abuso emocional.

-Hace bromas hostiles tocantes a los hábitos y faltas o errores del abusado.

-Crea insultos para a la víctima.

-Ignora los sentimientos de la víctima.

-Le grita a la víctima.

-Llama a la víctima con términos insultantes: loca, perra, estúpida.

-Repetidamente da insultos en serie y específicos para la víctima, creados para hacer daño máximo.

-Repetidamente humilla a la víctima frente a miembros de la familia y otros.

-Culpa a la víctima por todos los problemas y fracasos del abusador.

-Amenaza con violencia física y venganza en contra de la víctima.

-Se burla de las habilidades de la víctima como madre, amante, trabajadora…

-Demanda toda la atención de la víctima y resiente a los niños.

-Le platica a la víctima de sus amantes.

-Amenaza con abusar o conseguir la custodia de los niños.

-Le dice a la víctima que tiene que quedarse con él porque lo "necesita" y no puede vivir sin él.

-Acusa a la víctima de violencia si actúa con el propósito de protegerse a sí misma.

-Pone en duda el sentido de realidad de la víctima.

-La autoestima de la víctima es destruida.

Heptagrama.com, nos lega algunas sugerencias para detener el abuso emocional a saber:

Si está siendo víctima de abuso emocional, entonces las recomendaciones básicas son cuatro:

1-Toma conciencia del problema y lee acerca de él. Entender lo que es el abuso emocional y cómo se perpetra te ayudará a poder defenderte de él.

2- Habla con un amigo o pariente acerca del problema. Si no te cree, busca a otro. O sea: busca apoyo.

3-El principal: utiliza el siguiente ataque emocional para defenderte. Defenderse no significa asesinar a nadie; consiste en hacer lo que sea necesario para que el abusador se detenga un tiempo. Luego, en un momento más adecuado, dile que han estado en una situación de abuso emocional y que él o ella necesita hacer cambios en su vida si desean continuar juntos. No temas decirle abusivo a un abusador.

Un "¿puedes dejar de ser tan abusivo?" realmente puede sorprender a un abusador que no está consciente de lo que hace.

4-El abuso emocional es un delito en muchos países y probablemente también lo sea en el tuyo.

Qué es el abuso psicológico/emocional ?

El abuso psicológico o emocional involucra cualquier comportamiento, verbal o no verbal, que impacta negativamente sobre el bienestar emotivo o psicológico de otra persona.

¿Con qué frecuencia ocurre?

Se dan casos de abuso psicológico/emocional en matrimonios, parejas íntimas, padres e hijos, hacia los ancianos, y por lo general, donde exista una diferencia de poder.

¿Cómo puedo identificar si me está ocurriendo a mí?

La persona que abusa de ti puede:

Ignorar frecuentemente tus sentimientos.

Te ridiculiza en lo que más valoras, como en tus creencias, sexo, sexualidad, habilidades, edad, apariencias, u orientación sexual.

Te ridiculiza o insulta por tu religión, raza, familia, clase social, o idioma.

Se abstiene de aprobar lo que haces, mostrar aprecio, o afecto.

Constantemente te critica, te insulta, y te grita.

Te humilla en privado o en público.

Se niega a socializar contigo.

No te permite trabajar, controla el dinero, y toma todas las decisiones.

Intenta evitar que veas o hables con familiares y amistades.

Frecuentemente te amenaza con marchar o te dice que te marches.

Te manipula con mentiras y contradicciones.

Se comporta de manera amenazadora.

Utiliza expresiones faciales y/o posturas corporales para intimidarte.

Te acusa de infidelidad.

Utiliza un lenguaje sexualizado.

Abusa verbalmente de los niños o mascotas del hogar.

Como respuesta a esto, puedes sentirte:

Inservible.

Dependiente del abusador.

Confundido.

Triste.

Enfadado.

Aislado.

Sin control de tu propia vida.

¿Cuáles pueden ser algunas de las causas?

Una persona puede abusar de otra para reclamar control.

Es posible que ellos mismos se sientan enfadados e impotentes por lo que su cólera es redirigido a alguien cercano o con menor poder sobre ellos, así como sobre miembros familiares. En ocasiones fueron abusados en la niñez, aunque no siempre por ello se convierten en abusadores.

También puede ser el resultado de roles tradicionales varón-hembra, donde las mujeres son percibidas como propiedades y primeramente deben obedecer a sus padres, y más adelante a sus parejas. Si también hay abuso físico o sexual, entonces el abuso emocional obligatoriamente también hay abuso emocional.

En algunos países el abuso psicológico/emocional puede ser considerado como un crimen de violencia.

¿Qué puedo esperar?

El abuso emocional/psicológico tiende a mantenerse constantemente y suele ser difícil para la víctima percatarse y creer lo que le está sucediendo.

¿Cómo puedo enfrentarme a ello?

Si no estás segura de estar siendo abusada, háblalo con amigos o familiares que consideres que son de ayuda emocional y de quien confíes plenamente.

Recuerda que como muy posiblemente te sientes dependiente del abusador, puede que te incomoden y tiendas a perder confianza en las personas que intentan ayudarte.

Recuérdate a ti misma que tienes derecho a una vida libre de abuso.

Intenta darte mensajes positivos, que te den fuerza, como por ejemplo "soy una buena persona, y merezco ser tratada como tal".

Participa en actividades de las que puedas disfrutar, que te animen y fortalezcan.

Pregúntate a ti misma qué le dirías a una amiga que pasase por la misma situación.

Si dependes de la economía de tu abusador, intenta conseguir un trabajo. Puede que incluso debas considerar crear una cuenta bancaria por separado y ahorrar dinero por si el abuso crece de más.

Siempre ten preparado números de teléfono y dinero ahorrado por si debes marchar repentinamente.

¿Cómo saber si necesito ayuda?

Puedes necesitar ayuda si:

Dudas de tu propio juicio o te preguntas si estás loca.

Tienes miedo de tu pareja y expresas tus opiniones con menor frecuencia, y menor libertad.

Tienes miedo de los demás, y tiendes a verlos con menor frecuencia.

Te tomas tu tiempo para evaluar cuidadosamente los estados de ánimo de tu pareja antes de tratar un tema.

Tienes que tener mucho cuidado cuando estás con otra gente, y tiendes a estar hipervigilante durante su presencia.

Pides permiso para gastar dinero, tomar clases, o para salir con amigos.

Has perdido confianza en tus habilidades, te vuelves depresiva, te sientes atrapada e impotente.

Descubres que tus hijos están siendo negativamente afectados por el abuso. Por ejemplo, se aíslan, vuelven agresivos, tienen pesadillas, o les va mal en el colegio.

La violencia femenina.

Ese carácter tan fuerte que muchas veces hace infelices a nuestra familia y a nuestro entorno.

Sabemos que muchas veces ese estrés vivido, el circulo tan cerrado en que nos desenvolvemos algunas mujeres, nos hace tener arranques de violencia ante tal o cual situación en el hogar, algún juguete tirado en medio de la sala, la ropa sucia sobre la cama, el armario desarreglado, en fin, hasta la música que escuchan nuestros hijos con volumen alto nos basta para empezar a gritar en medio de regaños y demás.

Abuso Emocional Religioso

El mundo religioso no está libre de que en su seno se cuelen personas no actas para estar al frente de personas. Pueden existir potenciales abusadores emocionales que pueden traumatizar personas, aunque si apariencia no revele nada a primera vista. Se supone que un líder religioso sea amoroso, ya que la Biblia dice que el que no ama no conoce a Dios. Desde éste punto de vista, ya hay un indicio para identificar a un abusador emocional en estos ambientes.

Como quien ejerce el abuso, generalmente tiene fuerza política, resulta difícil

solicitar ayuda. Generalmente cuando esto pasa, lo ideal es acudir a un buen psicólogo cristiano fuera de ese redil, que pueda ubicarse en el contexto religioso de la víctima.

Lo que no debe permitirse bajo ningún concepto, es permitir el abuso emocional de parte de un líder, sea quien sea.

También el caso de líderes menores, que se dedican a destruir personas a trabes del Internet, periódicos, son potenciales victimarios, que desde la distancia, entran al espacio de la victima para agredirle. Para estos hay leyes que gobiernan o controlan sus comportamientos abusivos desde el supuesto anonimato.

En síntesis, el abuso emosional debe detectarse y erradicarse, ya que es nocivo para la salud física y psicolójica de quienes pueden verse víctimas de este mal.

José Maldonado

Psicólogo Clínico